Seattle, 15 de marzo de 2024 – En un avance histórico para el bienestar animal, el estado de Washington ha sentado un precedente al legislar contra las pruebas de productos cosméticos en animales. La iniciativa, promulgada por el gobernador a través de la ley HB 1097, vislumbra un futuro más compasivo para la industria cosmética. a partir del 1 de enero de 2025.
Cambios regulatorios en el horizonte
Esta ley pionera, que entrará en vigor a principios de 2025 , impone multas de hasta 5.000 dólares por cada acto de incumplimiento, enviando un mensaje claro sobre la gravedad de la medida.
Detalles y excepciones
A pesar del rigor de la norma, ciertas condiciones permiten algunas excepciones. Entre ellas, se considera la venta de productos probados antes del umbral de 2025, siempre que no se realicen más pruebas con animales en el futuro. Además, se permitirán pruebas en circunstancias muy específicas, como requisitos reglamentarios extranjeros o investigaciones relacionadas con la salud humana cuando no existan alternativas.
Washington se une a la vanguardia
Con esta medida, Washington se suma a otros 11 estados que han implementado leyes similares, lo que refleja un creciente consenso nacional sobre la necesidad de prácticas más éticas en la industria cosmética. Este movimiento está en línea con una tendencia global que ya incluye 42 países comprometidos a eliminar la experimentación con animales para cosméticos.
Impacto y perspectiva global
El ejemplo de Washington se destaca dentro de una ola de cambios que se extiende desde California hasta Nueva York, demostrando un claro progreso en el compromiso con el bienestar animal y la responsabilidad corporativa. A nivel internacional, la prohibición se alinea con esfuerzos similares en regiones como la Unión Europea y Australia, promoviendo una industria cosmética más ética y sostenible .
Conclusión
La ley HB 1097 no sólo representa un avance significativo en la protección animal sino también desafíos la industria cosmética innovar y buscar alternativas humanas para la seguridad de los productos. Este es un momento decisivo que refleja un cambio en la conciencia colectiva hacia prácticas más compasivas y sostenibles en la producción de cosméticos.
La prohibición en Washington es un claro indicador de que el futuro de los cosméticos es libre de crueldad, un camino que ya se está trazando tanto a nivel nacional como internacional.
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